
Celebramos la Fiesta de la Luz: La Candelaria. 40 días después de Navidad, la Iglesia celebra la presentación del Niño Dios en el Templo en los brazos de su Madre Santísima.
El domingo 5 de febrero a las 11 de la mañana recibiremos en la Eucaristía en la Basílica y Real Santuario de nuestra Madre a todos los pequeños que acudan para ser presentados a Ella, bendiciendo a sus madres y pasándolos por su manto en el Camarín para que los proteja siempre.
Para esta Fiesta de la Candelaria, que desde hace siglos nuestra Cofradía Matriz dedica a nuestra Patrona en su Santuario, con la bendición de candelas y el voto de acción de gracias por ser nuestra protectora y mediadora, la Santísima Virgen de la Cabeza ha sido revestida con el manto rojo emperatriz de terciopelo bordado en oro que le ofrendó el Hermano Mayor Lázaro Palomares en 1961. La saya y el mantolín, que lo estrena el Divino Niño para esta fiesta, pertenecen al Terno de la Alegría, confeccionados en tisú de oro bordados en oro fino con diseño regionalista por el bordador egabrense Antonio Roldán Nieto en su taller de Sevilla y donado por nuestros hermanos José María Alcántara y Teresa Flores. Hay que destacar que este Terno de la Alegría tiene dos mantolines: el rojo, a juego con el manto de la Virgen, estrenados en la pasada romería y éste en tisú de oro a juego con la saya de la Madre, que lo estrena el Niño Dios en esta Fiesta de la Candelaria.
La Santísima Virgen y el Niño llevan las coronas y el rostrillo de su Recoronación de 1960. Lleva colgada al pecho la medalla de la ciudad de Andújar y en sus rodillas el bastón de Alcaldesa Mayor Perpetua. Ceñido a su cintura el fajín de Capitana General de los Ejércitos del Reino de España y lleva impuestas la Cruz Laureada de San Fernando y el broche de la Rosa de Oro, concesión sacramental pontificia única en España otorgada por el Santo Padre Benedicto XVI, recientemente fallecido.
Nuestra Cofradía Matriz anhela con todas sus fuerzas volver a recibir a los niños en esta jornada y subirlos hasta Ella en su Camarín para que derrame sobre ellos su infinito amor de Reina y Madre de misericordia.
Por nosotros, por nuestros hijos, por todos los que ya no están y nos enseñaron a quererla:
¡VIVA LA VIRGEN DE LA CABEZA!
¡VIVA SU DIVINO HIJO!
¡VIVA NUESTRA COFRADÍA MATRIZ!
¡VIVAN NUESTRAS COFRADÍAS FILIALES Y PROCOFRADÍAS!
¡VIVA POR SIEMPRE LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA CABEZA!




