Peregrinación al Santuario
Al amanecer del sábado los cohetes llaman a los romeros, que en carretas, caballos o vehículos inicia su peregrinar la Santuario. Las carretas, ordenadas por antigüedad, son las primeras en inicia su camino. En ellas numerosas Peñas Romeras y Marianas cruzan las principales calles de la ciudad, para dirigirse, por la carretera de la cadena a los caminos y pistas forestales que los llevarán hasta el cerro.
Mientras, en la casa del Hermano Mayor, se formará la comitiva en caballería que estará encabezada por dos banderas y seguida por los niños en mulillos, señoras montadas en preciosas jamugas y la indispensable banda de música. Seguidamente vendrán el resto de banderas, y tras ellas, jinetes y amazonas en sus mulos y caballos, cerrando los miembros de la Diputación, ante presidencias y presidencia de la Cofradía. La comitiva se dirigirá entonces hasta el Ayuntamiento para recoger al Sr. alcalde y tras recorrer las principales calles de la ciudad.
La Cofradía, tras pasar el cementerio, iniciará su peregrinación por el camino viejo o de herradura que le conducirá hasta la Ermita de San Ginés, primera parada oficial del camino, donde la caballería coinciden con la caravana de Carretas. La pequeña Ermita, sirve al peregrino de refugio y lugar de oración mientras sus alrededores se convierten en un lugar de esparcimiento y de descanso para reponer fuerzas de las primeras etapas del camino.
Después de asistir a la salida de la Cofradía Matriz, los vehículos comienzan su camino por la carretera de la Virgen que le llevará hasta la dehesa del Lugar Nuevo, donde se produce el rencuentro con las carretas y caballerías cuyos caminos, vuelven a confluir en este punto junto al puente del Río Jándula. Es la hora de la comida de Hermandad, del cante y el baile en una indescriptible alegría de convivencia. A la caída de la tarde, nuevamente son las carretas las primeras en iniciar el camino del Membrillejo, mientras se vuelven a colocar las monturas de la caballería para hacer las últimas etapas del camino viejo, y los vehículos vuelven a la carretera que los llevarán al Santuario.
Presentación y Santo Rosario
A lo largo de todo el sábado, las distintas Cofradía Filiales van llegando al Cabezo, y se organiza en sus casas para hacer su Presentación Sabatina ante la Imagen. Desde la hora del ángelus, las Cofradías se suceden de dos en dos en el interior del templo, saludando a la Stma. Virgen y firmando en el libro donde quedará constancia de su asistencia a la Romería, finalmente colocarán la bandera de su localidad en los mástiles del Santuario como prueba patente de su participación.
Las calzadas se convierten entonces en una marea de peregrinos, algunos de rodillas, otros descalzos que cumplen las promesas hechas a la Stma. Virgen, una hilera interminable de fieles que van pasando ante su Camarín. A media noche, terminan la ronda de presentación, con la Cofradía de Colomera y la Cofradía Matriz de Andújar tras la cual se inicia el rezo del Santo Rosario, cantado y con velas, por los misterios de las Calzadas. Durante toda la noche no faltan anderos, que, asidos a los varales de las andas, guardan el lugar que al día siguiente ocuparan en la procesión de Ntra. Sra., mientras en el interior del templo se suceden las misas para quienes aguantan el duro trago en un alegre insomnio de júbilo hasta el amanecer.
Solemne Misa y Magna Procesión
En la mañana del domingo, todas las Cofradías Filiales van subiendo las calzadas para asistir a la Solemne Misa, celebrada habitualmente por el Sr. Obispo de la Diócesis en la lonja del Santuario. Las distintas corporaciones se disponen a lo largo de las calzadas que rodean al altar de campaña mientras una representación de cada Cofradía accede al Altar de campaña, junto a la Cofradía de Colomera y la Cofradía Matriz de Andújar que preside la celebración.
Tras la eucaristía, comenzará a formarse la procesión, abriendo la cruz parroquial del Santuario seguida por una bandera de Andújar y otra de Colomera, detrás todas las Cofradías Filiales por orden de antigüedad y cerrando desfile la Cofradía de Colomera y la Cofradía Matriz de Andújar. Finalmente, sobre la 12.00 horas tendrá lugar el traslado de la Stma. Virgen, desde el camarín hasta sus andas procesionales, entre una masa eufórica de devotos y el incesante tañir de las campanas que no pararán mientras la Imagen sale de su Santuario.
Dos trinitarios, subidos a las andas a uno y otro lado de la Imagen, van cogiendo a los niños que son elevados hasta andas para ser bendecidos por la Stma. Virgen, igualmente van tomando los objetos que los romeros les lanza para ser retocados por su manto. De vuelta a su templo, la Imagen es nuevamente trasladada desde sus andas al camarín remitiéndose, con mayor entusiasmo si cabe, las mismas escenas de la salida y entre lágrimas, palmas y vivas la Imagen es nuevamente entronizada en su altar. Al caer la tarde, y con el sosiego que produce la emoción expresada, tiene lugar la Misa de Peñas romeras y marianas y tras ella el rezo de un Solemne Magnifica.
Despedida y regreso
Al día siguiente, la Cofradía Matriz se dirige de nuevo al Santuario donde tendrá lugar el acto de despedida de la Stma. Virgen. Pronto se inicia el regreso, de caballos, carretas y vehículos, cada uno por su camino llevando como distintivo inconfundible de su estancia en el Santuario los estadales, que serán repartidos en sus lugares de origen, así como, el cantueso y romero que adornarán vehículos y carretas, una forma muy tradicional de anunciar que se ha estado en el Santuario.
Por el camino, todos pararán de nuevo en el Lugar nuevo, junto al Puente de la Virgen para descansar y almorzar, iniciando por la tarde el camino que los llevará hasta San Gines siguiente parada obligatoria antes de llegar a Andújar. Toda la ciudad sale a recibir a la Cofradía Matriz y a todos los romeros que en carretas y caballería llegan cansados del camino, pero con un espíritu renovado para afrontar un nuevo año de espera hasta volver a vivir la Romería de su Virgen de la Cabeza.