El Parque Natural de la Sierra de Andújar, declarado por Ley 2/1989 de 18 de julio y Decreto 108/1994 de 10 de mayo que aprueba el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales y Plan Rector de Uso y Gestión del Parque, está ubicado en el noroeste de la provincia de Jaén, sobre los términos municipales de Baños de la Encina, Villanueva de la Reina, Marmolejo y Andújar, el más grande y del que toma el nombre de su sierra. Tiene una superficie de 60.800 hectáreas y altitudes entre 196 y 1291 m.
Su fauna incluye gran variedad de especies catalogadas como «en peligro de extinción» que en la actualidad presentan poblaciones muy reducidas tanto a nivel nacional como mundial. En estos parajes han encontrado uno de sus últimos reductos especies como el lince, el lobo, el águila imperial, el buitre negro y leonado, la cigüeña negra o el meloncillo.
El deporte cinegético constituye un recurso económico de primer orden, gracias a los afamados cotos públicos y privados existentes. En ellos, ciervos, gamos, muflones y jabalíes son piezas codiciadas por cazadores de la península y el mundo que acuden anualmente a parajes como: Contadero, Selladores, Lugar Nuevo, Fontanarejo o Los Escoriales para las tradicionales monterías.
La ganadería es la base de la economía local, con extensas dehesas dedicadas a la cría de toros de lidia. Paralelamente, los recursos forestales como el corcho de los alcornocales y la obtención de madera son también de gran interés. La adecuada explotación de estas riquezas ha repercutido de forma muy positiva en la conservación de otras especies y ecosistemas de la zona.
En este parque se conservan las zonas de vegetación natural más extensas de Sierra Morena, con bosques de encinas, quejigos y alcornoques y también las repoblaciones de pino piñonero. El estrato arbustivo o matorral está constituido básicamente por jara, retama, cornicabra, madroño, acebuche, lentisco, coscoja, olivilla y plantas aromáticas como el romero, mejorana, tomillo y cantueso.
La vegetación de ribera, junto a los ríos Jándula y Yeguas y algunos arroyos, forma importantes bosques galería de fresnos, alisos, sargas, y adelfas que sirven de refugio a las especies y son lugares ideales para la observación. En los mencionados ríos está tolerada la práctica del deporte de la pesca, así como en los embalses de La Lancha, Encinarejo y El Rumblar donde se combina con otros deportes acuáticos, la simple contemplación de unos paisajes de singular belleza o el disfrute de un día de campo en las zonas de recreo dispuestas en sus orillas.
Geológicamente, se caracteriza por una pequeña variedad de materiales, la mitad norte está dominada por pizarras, cuarcitas y calizas o pizarra y arenisca mientras que en el sur predominan las rocas graníticas. Sobre una de éstas, en el corazón del Parque y sobre el denominado Cerro de la Cabeza se sitúa el Santuario de la Virgen de la Cabeza.