En las distintas representaciones que a lo largo de la historia se han realizado de la milagrosa aparición de la Stma. Virgen de la Cabeza al pastor, hay una serie de características comunes que aparecen en casi todas. Uno de los símbolos iconográficos más repetido ha sido la presencia de un árbol, símbolo de lo natural y de la vida eterna, del que pende una campana, elemento sonoro que avisó al pastor y que tiene un componente mitológico importante, se identifica con el poder creador y, al tener forma de bóveda, con lo celeste, siendo este un símbolo de las vírgenes lunares
Tampoco falta, en la iconografía, la presencia del pastor y las ovejas, representaciones éstas que también aparecen en muchas citas evangélicas, donde el rebaño son las constelaciones y el pastor es la luna. Otros elementos que, aunque anacrónicos al momento de la aparición, cargan de simbología la escena, son la representación de la peña con el Santuario y la celebración de la Romería con las características tiendas refugio para Cofradías.
También es habitual, en la representación de la aparición, la presencia de dos pájaros, seres alados que unen cielo y tierra como elemento espiritual y símbolo del alma humana, uno suele ser una lechuza, el otro un pájaro de vivos colores, noche y día, como alegoría del ciclo de la creación donde María es un medio que hace posible los fundamentos redentores, así como la presencia de flores autóctonas de Sierra Morena.