𝘕𝘢𝘷𝘪𝘥𝘢𝘥, 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘥𝘦 𝘥𝘢𝘳, 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘥𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘳𝘵𝘪𝘳.
Así se nos manifiesta la Patrona de Andújar y de la Diócesis de Jaén en la cumbre de Sierra Morena, en esta Navidad, para todos los que hasta su Basílica y Real Santuario acudan, lugar al que subirá la Cofradía Matriz con todos los cofrades y devotos que lo deseen, el domingo 29 de diciembre a las 12 de la mañana, para agasajar a la Virgen y su Bendito Niño cantándole villancicos en su camarín tras celebrar la Eucaristía, en la que los matrimonios que lo deseen podrán renovar sus promesas matrimoniales ante la soberana presencia de la Reina de Sierra Morena, la Santísima Virgen de la Cabeza.
Para este tiempo de Navidad, nuestra Cofradía Matriz, de manos de nuestra hermana mayor, Isabel Barrios, nos presenta a la Santísima Virgen de la Cabeza vestida de majestad con el terno de su Coronación Canónica de 1909 y su proclamación como Patrona de la muy Noble, muy Leal y muy Mariana ciudad de Andújar, para celebrar el nacimiento de su Divino Hijo.
El conjunto está formado por un manto de lamé de plata bordado en oro con elementos vegetales y flores salpicadas. El mantolín del Niño Dios es de terciopelo bordado en oro, con el anagrama de Cristo en el centro. En la saya de la Virgen destaca bordado un «Ave María» coronado. Lleva el juego de pecherín y puñetas de tul bordado, que estrenó para la Inmaculada de 2021.
Coronan la Sagrada Imagen de la Virgen y el Redentor las preseas de plata que llevó en su bendición en 1944, obra de Aumente. El rostrillo de plata pertenece a la primitiva imagen datado en el siglo XVIII. La Santísima Virgen lleva impuestas las insignias y honores que le han sido ofrendadas a lo largo de los años.
Que la Santísima Virgen de la Cabeza dé consuelo y ayuda a todas aquellas personas que, en esta época estival, están pasando por momentos duros para que los reconforte y les dé la luz y fuerza necesaria para afrontarlos y que el Divino Redentor, así como pronto vendrá a la tierra, nos llene de su gracia para poder acompañarlo en el camino de su vida, siendo fiel reflejo de humanidad ante la atenta mirada de Nuestra Madre celestial.